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13 de enero de 2023
Tendencias tecnológicas
2022 ha sido un año marcado por la confluencia entre el inicio tímido de la recuperación de la actividad tras la larga crisis provocada por la pandemia de la COVID-19 y el fuerte impacto de la guerra en Ucrania. Esto, que ha marcado el devenir de la economía mundial y predice un sombrío panorama para, al menos, el próximo año y medio no ha condicionado en exceso la composición de las líneas estratégicas en la evolución del mercado tecnológico mundial ni los datos de inversión global en TI.
El año que terminó ha sido prolijo en la materialización o madurez de algunas tendencias tecnológicas que delimitarán los próximos años, como la computación cuántica , el Edge computing , los desarrollos en ciberseguridad , los servicios Low Code , o la Experiencia Total (TX) . Con todo, podemos destacar algunos otros rasgos especialmente relevantes:
- El criptoinvierno. La debacle en la cotización de las dos principales criptomonedas (BTC y ETH), provocadas en origen por la crisis de las stablecoins, mantenida por el entorno actual de altos tipos de interés y rematada por los problemas de algunos operadores del mundo cripto, ha puesto en cuestión muchos proyectos (e inversiones) que tienen a la tecnología blockchain como protagonista.
- El metaverso. A pesar de ello, las apuestas por el universo virtual despedirán 2022 y saludarán el 2023 con fuerza, aunque la mayoría de los actores que lo están impulsando reconocen que deberán reajustar muchas de sus propuestas y expectativas de negocio. Aunque - en un contexto general de cierta desconfianza de los inversores - ya se han producido los primeros despidos masivos del mundo virtual (recordemos el caso de Meta), esta maquinaria no sólo no parará, sino que refinará mucho más sus componentes experienciales para multiplicar la afluencia de usuarios a su mundo.
- Las redes 5G. Con más lentitud y problemas de los que cabría esperar, estas redes móviles de alta velocidad se han ido consolidando en 2022 en nuestro país y, con ellas, su promesa de contribuir definitivamente a los nuevos sistemas de movilidad autónoma, perfeccionar las infraestructuras y servicios apoyados en IoT o multiplicar la disponibilidad de datos en tiempo real.
- La inteligencia artificial. No hay mejor pie que el fenómeno ChatGPT, del que todo el mundo está hablando, para señalar la popularización de la inteligencia artificial como uno de los aspectos que han marcado el año. A pesar de que el autómata creado OpenAI es – de momento – algo más espectacular que inteligente, es ya una muestra evidente (y popularmente palpable) de que los sistemas de aprendizaje y de procesamiento del lenguaje natural están reclamando un sitio cada vez más cotidiano en la optimización de todo tipo de procesos y, singularmente, en la naturalización de la relación empresa - consumidor.
- La sostenibilidad. El crecimiento tecnológico sostenible ha marcado en los últimos meses un importante cambio en modelos de negocio y estrategias de marketing, y los vendors y consumidores de servicios tecnológicos no han sido una excepción. La reducción de la huella de CO2 (con las tecnologías limpias y la migración a la nube como grandes facilitadores) va a ser a ser una de las grandes constantes en la evolución tecnológica presente y futura.
- La escasez de talento. La falta de profesionales cualificados para vertebrar las grandes apuestas tecnológicas lleva camino de convertirse en un problema endémico - especialmente en nuestro país - de modo que este hecho ya se percibe como una de las principales amenazas para la supervivencia de muchos negocios en el sector de las TI.
2023 no va a variar significativamente estas tendencias. Más bien, este año que viene seguiremos viendo cómo estas propuestas tecnológicas emergentes miran más al individuo como el centro, y no sólo como un proveedor o consumidor de información.
En este contexto, hay que subrayar cómo las tecnologías de confianza basadas en Blockchain se extenderán a más ámbitos - a pesar de los sobresaltos, temores y desilusiones de 2022 -, con casos de uso más visibles para la sociedad (destacando uno de los que necesariamente van a explotar a partir de este año que viene, como es el de la identidad autosoberana y los servicios interoperables de credencial digital), o cómo las plataformas de IA van a pasar crecientemente por el filtro de la ética ciudadana y la gestión de los riesgos derivados de su uso, en el marco del fomento y regulación de los derechos digitales.
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