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AI

17 de octubre de 2023

Beneficios de la Inteligencia Artificial en el sector educativo

Como ya sabéis la Inteligencia Artificial, en adelante IA, está impactando en mayor o menor medida en nuestras vidas y también lo está haciendo en distintos ámbitos, como por ejemplo el sector educativo.

Si bien es cierto que al igual que todos los que somos un poco futboleros nos creemos con el derecho a opinar, e incluso a creernos que somos un poco entrenadores cuando vemos un partido de fútbol, con el sector educativo pasa un poco lo mismo.

Todos nos atrevemos a ser un poco profesores, tutores y a opinar sobre el sistema educativo y la transformación que éste debe de hacer. Es por ello por lo que en momentos como el actual, en el que una disrupción tecnológica como la de la IA lleva a evaluar los “pros y contras” en distintos ámbitos, es el momento ideal para volver a reflexionar sobre los principales retos que el sector educativo debe llevar a cabo y como la IA se puede convertir en su mejor aliada.

¿Cuáles son las ventajas que la IA puede aportar al sector educativo?


Con esta simple pregunta, ChatGPT nos va a volcar un número significativo de iniciativas, las cuales tendremos que evaluar con criterio y teniendo en cuenta el contexto actual y las dificultades de ponerlas en marcha en los diferentes centros educativos actuales.
Seguramente, las opciones que nos va a proponer pueden ser muy interesantes como punto de partida y seguramente algunas de estas iniciativas también se puedan poner en práctica en el sector educativo y cumplir parcialmente con los objetivos de mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje pero somos nosotras, las personas, las que deberemos valorar detenidamente los beneficios que nos pueda aportar la IA a corto plazo.

El análisis de los datos y el comportamiento de los usuarios

La inteligencia de los datos, analizando distintos patrones de comportamiento, nos permitirá ver cómo el sistema educativo actual orienta a los distintos agentes (alumnos, profesores, centros de primaria y secundaria, centros de FP, grados medios y superiores, universidades, escuelas de negocio, empresas y trabajadores) a cubrir unos objetivos parciales que, desde mi punto de vista, no están alineados con el objetivo principal que deberíamos de esperar del sector de la educación: “Ayudar a los alumnos a desarrollar unas competencias y unos valores éticos que les ayuden a garantizar su bienestar físico, emocional y su empleabilidad en el futuro.”

Puede ser que dicha “inteligencia de datos” a lo largo de los años nos ayude a entender por qué algunos o muchos centros que aparentemente no tienen fracaso escolar, o aquellos en los que un alto porcentaje de sus alumnos aprueban la selectividad sufren altos ratios de abandono cuando acceden a la universidad, o bien aún sin sufrir ningún o muy poco ratio de abandono, la empleabilidad de los “excelentes alumnos cualificados por el sistema” carecen de empleabilidad o incluso aquellos que tienen una alta empleabilidad se sientan frustrados porque no son felices.

Es decir, nos podremos encontrar con centros educativos con una alta reputación por el cumplimiento de unos estándares (índices bajos de fracaso escolar, índices altos de superación de las PAU, índices bajos de ratio de abandono) cuyos alumnos no sean felices y estén frustrados por haber decidido emprender un camino que no se adecúa a sus intereses, a sus competencias personales y, además, se encuentren con muchas dificultades para acceder al mundo laboral.

La importancia de la IA en la orientación académica y profesional

Con esta gran aportación de la IA, nos daremos cuenta de la importancia que tiene la orientación académica y profesional en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Este proceso tiene como objetivo que el alumno se “auto conozca” y que por él mismo reconozca cuáles son sus puntos fuertes (para potenciarlos), cuáles son sus puntos débiles (para mitigarlos) y que reconozca e interiorice cuáles son sus intereses en la vida, y qué es lo que le apasiona.

Sólo si este proceso de autoconocimiento se lleva a cabo de una forma madurada, el alumno va a obtener los criterios necesarios para empezar a decidir sobre si tiene que cursar el bachillerato humanístico, el social, el tecnológico, o el científico y solo si durante dicho proceso acaba interiorizando la importancia de alinear todas estas competencias, valores e intereses, con la empleabilidad, pues en cierta medida la frustración futura o la felicidad va a depender de ello.

Por lo tanto, la IA aparte de que hará muy visible que determinados modelos o centros educativos que aparentemente son “ejemplares” en el cumplimiento de unos ratios, puedan ser auténticos generadores de alumnos infelices y frustrados en etapas adultas, o bien, ciertos centros (por ejemplo ciertos ciclos de grado medio y superior), muchas veces invisibles, puedan ser generadores de personas felices con un alto grado de empleabilidad.

La inteligencia de datos va a aflorar el impacto y relevancia que tiene el proceso de orientación académica y profesional, como un proceso totalmente integrado y continuo en el proceso de enseñanza y aprendizaje desde edades muy tempranas y no a partir de cuarto de la ESO o edades posteriores.

Desde esta importancia que tiene la orientación académica y profesional también la IA, por ejemplo, con esas tutorías virtuales personalizadas que nos puede dar, y basándose en patrones “exitosos” de otros alumnos en cuanto a su felicidad y empleabilidad, puede convertirse en un mecanismo a evaluar para poner en marcha y hacer más eficiente este proceso, que, en cualquier caso, con inteligencia artificial o sin inteligencia artificial, es un proceso en el que debemos centrarnos y mejorar.

En definitiva, estoy convencido de que la IA nos hará ver en base a datos, y por tanto en evidencias, que no estamos orientando de forma sistémica los distintos agentes de la cadena de valor del sistema educativo con indicadores coherentes para que los alumnos de hoy, ciudadanos y trabajadores del futuro, sean felices, garantizándoles a su vez el máximo porcentaje de empleabilidad posible.