11 de diciembre de 2025
Más allá del envase
- El margen en conservas se protege coordinando campaña, planta, inventario y mercado bajo un mismo plan, no con recortes aislados.
- Un ERP convierte previsiones, capacidad y contratos en decisiones comparables y ejecutables.
- La integración reduce mermas, evita cuellos de botella en esterilización y libera capital inmovilizado sin perder nivel de servicio.
Durante años, la competitividad se resumió en céntimos por lata y negociación comercial. Hoy, la diferencia está antes: en cómo se planifica. La mezcla de especies y calidades que llega a muelle, la capacidad real de preparación, llenado y autoclaves, la variación de la demanda por canal y país, y la factura energética cambiante requieren una “partitura” común. Un ERP especializado es esa partitura: transforma señales de captura o cosecha en un plan maestro por familias y formatos, lo desglosa en programas de línea realistas y alinea las políticas de inventario con las fechas de consumo preferente.
Del pronóstico a un plan que puede ejecutarse
Planificar no es “soñar números”, es respetar límites físicos. El sistema tiene en cuenta tiempos de cambio de formato, ventanas de esterilización, capacidad de enfriado y disponibilidad de tapas, envases y etiquetas. Con esos condicionantes, propone un programa que minimiza cambios, reparte carga entre líneas y aprovecha al máximo los autoclaves. La dirección ve en un dashboard (cuadro de mando) cobertura por referencia y país, horas previstas en retorta y necesidades de materiales y personal por turno. La fábrica deja de apagar fuegos y pasa a ejecutar una secuencia pensada para rendir.
La retorta marca la cadencia del día. Mezclar a la vez gramajes o densidades muy distintas obliga a repetir ciclos o alarga tiempos y encarece la energía. Con una programación que agrupa productos compatibles, controla las curvas de temperatura y presión y valida registros antes de liberar, disminuyen los reprocesos y se estabiliza la calidad. La planta produce más en la misma jornada, con menos sorpresas.
Decidir con escenarios
¿Qué pasa si la campaña entra un 15% por debajo? ¿Y si sube la energía un 20%? ¿Qué libera más efectivo: reducir stock de seguridad en referencias de rotación lenta o cambiar el mix hacia formatos con mejor contribución? El ERP permite simular estas preguntas y ver el impacto en coste por tonelada, coste de servir por canal, margen por formato y necesidades de tesorería. La conversación en comité deja de ser “creo que…” para convertirse en “si elegimos esta opción, conseguimos esto”.
El mejor plan se viene abajo si los materiales no llegan o la materia prima se descoordina con la línea. La plataforma integra contratos, calendarios de entrega y calidad de proveedores, y proyecta inventario por campaña para evitar sobrecompras al inicio y roturas al final. En vegetales, sincroniza cosecha, preparación y llenado día a día; en pesca, alinea descargas, pre-cocción y limpieza con la capacidad real de las líneas.
Inventario que trabaja a favor, no en contra
El sistema aplica salida por “caduca primero, sale primero”, calcula cobertura por días de vida útil y sugiere reabastecimientos según demanda, caducidades y capacidad logística. Con un dashboard de inventario que muestra riesgos con antelación, es posible priorizar lotes, adelantar envíos o ajustar producción a tiempo.
Calidad y cumplimiento integrados
Planes de puntos críticos, controles de esterilidad comercial, histamina en túnidos, alérgenos y requisitos de etiquetado viven en el mismo sistema que fabrica. Las liberaciones se disparan desde la orden de producción, los resultados de laboratorio quedan anclados al lote y, si hay una desviación, se bloquea expedición y se abre una corrección con responsables y plazos. Preparar auditorías deja de ser “cazar papeles” y pasa a ser “exponer evidencias”.
Una ruta de adopción que no para la fábrica
Empezar por donde duele: trazabilidad y control de esterilización. Seguir con inventario por caducidades y previsión por canal. Culminar con programación fina y analítica de margen por referencia y país. Implantar por familias y centros permite aprender sin detener la operación, con formación orientada al “por qué” de cada cambio.
La tecnología aporta cuando entiende el proceso. Un partner como SEIDOR, con experiencia en industria alimentaria conecta captura o cosecha, planta, logística y finanzas; configura dashboards accionables y despliega por fases para transformar estrategia en resultados. Es la diferencia entre “un software instalado” y “un margen protegido de forma sostenida”.
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